miércoles, 19 de junio de 2013

Excursión - Convivencia "Los Collados del Asón"

Entramos en el Parque Natural de Los Collados del Asón
debemos respetar la flora, la fauna, los habitantes y las infraestructuras

Conocemos algunas de las actividades económicas de los habitantes del lugar, con respeto al medio ambiente, integrado en el entorno, acogedor y precioso...
Paramos a recuperar el aliento. Aún no entendéis que hay que comer poco, tomarse un traguito de líquido y seguir la marcha. Hubo los primeros intentos de dejar suciedad en el suelo que me costó corregir.
Podemos ver una cabaña típica de la zona, donde os expliqué cómo las utilizan. Alguno de vosotros tiene los datos, los demás estabais aún a otras cosas.
Aún no había espíritu de grupo.

Seguimos avanzando, como si fuéramos a Santiago en peregrinación. No habíamos hecho más que empezar.
En esa piedra, vino el primer problema a resolver, también por falta de espíritu de grupo.
Aprendimos cosas sobre los bosques de ribera,
en este caso, tenemos el tronco de un roble, donde se puede observar bien su corteza y cómo son sus hojas.
Esto otro es un haya, cuyo tronco es muy diferente al del roble, y sus hojas también.
No sólo aprendimos a diferenciar el roble del haya, sino a "sentirlos", a quererlos y a cuidarlos.
Los árboles tienen su propia energía, y si nos abrazamos a ellos nos la transmiten generosamente.


Es cierto. Pero, para ello hay que tener fe.


Hay que reconocer que aprendéis rápido.
Pero, aún no había espíritu de grupo.

Por el camino, parecía que ibamos por una acera y no queríamos mancharnos los zapatos. la mayoría prefería subirse por las paredes antes de caminar por el camino.
Aquí aprendimos a formar parte de la naturaleza, uno poco más.

Hay lugares en nuestros bosques, que son especiales.
En el lugar donde almorzamos, en cierta ocasión, nos encontramos con un peregrino que curiosamente era un sacerdote que iba a celebrar una eucaristía, y nos invitó a ello.
Esta vez, no hemos tenido tanta suerte.

La integración en la naturaleza, cada vez era más completa.

Algunos de nosotros, los que permanecían en el grupo principal, tuvieron la suerte de ver un dujo, aprender lo que era y para qué servía.

Esto es un dujo.
También queríais que os hiciera fotografías personales con amigos, pero eso está bien y fortalece la identidad de grupo. Bien.

Una vez reunidos todos, repostamos energías con un almuerzo rápido, junto al río Asón.
Es un lugar tan limpio, que hasta se puede beber agua del río.

Ya llevábamos un tiempo caminando y empezábamos a sentirlo
También, me daba la sensación que algunos empezábais a asombraros del lugar en el que estábamos inmersos. Lo veía en vuestras caras, en vuestros gestos, en vuestra mirada...

Decidíais dónde poneros con total libertad, y elegíais sitios muy interesantes. Síntoma de inteligencia.

Es importante reponer fuerzas.

En este lugar, aprendimos más sobre cuidar el medio. Debemos dejar los lugares por los que pasamos más limpios de lo que estaban cuando llegamos.




La acampada que montamos, fue preciosa.





Algunos tenían más hambre que otros...






El lugar donde almorzamos, es un "paraíso natural"

Gracias a Óscar, que nos acompañó. Este, tenía sed y bebió del río.
Xeray, no se lo podía creer.





Foto de grupo, que aún costaba reunir, y seguimos el camino.

Las fotógrafas, hicieron bien su trabajo.

Encontramos muchos manantiales, por los que emergía un agua limpio, puro y transparentes, morada de anjanas, como dicían los viejos de mi pueblu cuando yo era un crio...

Como os dije, alguna zona, parece ser de la prehistoria. Megalítico...

La encargada de telecomunicaciones con su equipo.
Lo hizo muy bien en todo momento. Fue muy responsable.
Gracias, Sandra.

Cuando, después de un buen esfuerzo empezaban a flaquear las fuerzas, pro fin...
llegamos a la base de la cascada, y sí que la disfruntamos.
Noté vuestra emoción en vuestros gestos, enterjecciones, y comentarios.
Ya empezábamos a cansarnos, pero al llegar aquí, cargamos las "baterías" de nuevo.
Fue un momento muy agradable.


Y el lugar, todo un espectáculo de la naturaleza a nuestra disposición.
Ahí nace el río que desemboca frente al Pasaje. Por fin conocimos "La Cascada del Asón"
Unos minutos de descanso, porque no se puede para mucho tiempo, ya que nos quedaríamos fríos y liego nos costaría mucho seguir caminando.

Yo estaba aparentemente feliz, pero me sentía preocupado, porque el siguiente paso consistía en cruzar la cascada junto a su base, donde están las rocas muy resbaladizas.




Este fue un momento muy delicado...
Pero os agradezco vuestra obediencia. Empezábamos a ser un grupo con cierta identidad.

Después de cruzar, lo que fue emocionante, y salió perfectamente, estábamos un poco más mojados, menos cansados y mucho más emocionados. Habíamos cruzado la "Cascada del Asón"

Después de un buen rato de marcha, en la que el grupo aún no era compacto, conseguimos llegar a la "Fuente del Águila", que ahora no da agua. Alguno de vosotos, cuando seais mozos, la reparará "en equipo", y de forma solidaria. Y yo os lo agradeceré.
Por cierto, alguno señorita no se creía que teníamos que subir aquella montaña para bajarla después por el otro lado.

Aprendimos, finalmente, a caminar por una carretera, todos por la izquierda y por la raya.
Ya empezábamos a ser un grupo, pero no del todo.
Aquí, empezamos a ayudarnos los unos a los otros. Eso estuvo muy bien


Cuando llegábamos al nacimiento del Río Gándara, ya éramos más equipo, pero no del todo.
Volvimos a recargar agua, descansamos un poco, y seguimos al tramo más difícil del recorrido, tal y como os había contado.


Finalmente, di ejemplo cruzando el primero. No dije a nadie que tenía que cruzar, pero lo hicísteis todos.
No os dije cómo, pero supisteis cómo.


Realmente, el agua estaba limpio, transparente, y muyyyyyyyyyyy frío.


Algunos valientes se bañaron, lo que les había prometido desde por la mañana, aunque no se lo creyeran.
Ahora, creo que ya sabéis que hago lo que digo. Me da la impresión, de que sobre ese tema ya no queda ninguna duda.


A alguna le costó cruzar tanto como a mi. Se nos ponían las piernas rojas por el frío, pero eso es muy bueno después de una buena caminata. nos vino estupendamente para la circulación, nuestros músculos y articulaciones.
Seguramente, al sía siguiente, nos sentisteis mucha agujetas.

Ahora, sí. las emocines del obstáculo hicieron que todos participáseis ayudando a los demás a cruzar.
La verad es que las piedras del fondo, estaban muy duras, además de frías.

Gracias a Dios, conseguimos llegar todos sanos y salvos a la otra orilla del río.

y ahora sí, ya éramos un grupo.
Costó todo un día conseguirlo. Pero así lo sentí.
Ya estábamos todos juntos, no se separaba nadie del gruo, todos ayudaban a todos, todosn nos preocupábamos de los demás...
Eso es un grupo.

Aunque Sara decía que estaba frío, y yo os lo aseguro; se volvió a meter en el agua varias veces...
¡Qué valiente!



Finalmente, conseguimos cruzar todos...
Biennnnnnnnnnnnnnnn


Y los últimos, después de cruzar el río varias veces, terminaon balándose.
Esó sí. Alguna con ropa, porque yo no sabía que no tenía de repuesto y que había traído bañador.
Si lo llego a saber...
Adivinad quién fue.


Descansamos, nos secamos, comimos una pieza de fruta, y seguimos la marcha.
Esta ver SÍ éramos grupo. 
Íbamos todos juntos, nos ayudábamos, bromeábamos.
Ya nadie dejaba nada tirado.
Nos reíamos...





Y acompañados por nuestro nuevo amigo "Manolo", nos encaminamos hacia el autobús.


Este es Manolo

Aunque algunos aún se subían por las paredes, la mayoría, ya formaba parte de la naturaleza.


Esta es la prueba.


Me alegro de haberos llevado a ese lugar tan especial para mí, que lo hayáis acabado sintiendo vosotros también.

Desde luego, que fue una actividad "excelente", que la mayoría de vosotros recordará con agrado para toda su vida.

Gracias a todos por vuestra participación, en especial a los colaboradores (Padres de Santiago) que estuvieron en una "unidad móvil" por si hacían falta, y a los padres de la encargada (Sandra) de las telecomunicaciones; y nuestro profesor de orientación, Óscar; que se presentó voluntario para ayudarnos.